El caballo andaluz, mundialmente conocido así, es famoso por su belleza y morfología, con su singular estirpe cartujana, al igual que la menos conocida raza asnal andaluza, casi en peligro de extinción, por no haber buscado su utilidad sin pensar en su valor genético o en su papel en la creación de mulos. El caballo de las retuertas, según estudios genéticos es la raza equina europea más antigua y aislada de otras poblaciones, así como el caballo marismeño, siguen pastando en Doñana.
Dentro del vacuno de nuestras dehesas, sierras y campiñas, tenemos la cárdena andaluza, la marismeña, la negra andaluza, la pajuna, sin olvidarnos de nuestras berrendas en negro y en colorado, retintas y bravas.
La churra lebrijana, oriunda de las marismas y ahora relicticamente en la Sierra Norte de Sevilla en la finca San Francisco de la Diputación de Sevilla; la lojeña de esa sin igual, por su hermosura y dureza extrema, Sierra de Loja; la merina de Grazalema de leche sin igual, la montesina y la segureña, agradecida, conforman nuestras ovejas andaluzas.
La cabaña caprina andaluza conformada por la blanca andaluza, de carne y belleza; florida sevillana, la mayor aptitud lechera y porte; la payoya de la sierra de Grazalema, rusticidad y con su leche organolépticamente única; la negra serrana, la malagueña y la granadina, de las mejores.
En porcino el ibérico manchado de Jabugo, el jamón más caro del mundo, además del ibérico. El cerdo rubio gaditano, de las sierras de Grazalema y Ronda, hay que significarle por estar en peligro de extinción extremo.
En gallinas, por supuesto de huevos con cáscara blanca, la andaluza azul, siendo la más antigua, y su variante andaluza azul británica, que hizo un viaje de ida y vuelta, la utrerana con sus cuatro variedades perdiz, negra, franciscana y blanca, y el histórico gallo jerezano o andaluz, ahora reconocido como raza combatiente español. La sureña andaluza y la moñúa están trabajando para incorporarse al catálogo de razas al igual que la oca andalusí. Las extintas tuzona y la conocida como paticorta, de gran tamaño y pequeñas patas, ya no campean por nuestros predios ni hazas de Andalucía. Recientemente se ha creado la asociación de criadores del pavo andaluz, que requiere de un sistema de explotación familiar.
El conejo pardo andaluz, gracias al doctor Pedro González, muy interesante y asociado a nuestros corrales.
Los aires de Andalucía los surcan nuestras razas de palomos como los veleños, gaditano o jerezano, palomo de clase o de belleza, rafeño, granadino, moroncelo, laudino sevillano, colillano, marchenero, marteño y jiennense.
Perros como el ratonero bodeguero andaluz, el turco andaluz o perro de agua y el podenco andaluz, con sus tres tallas, chico, mediano y grande, este también llamado campanero. Sus pelos van desde corto, largo y duro denominados cerdeños (de cerdas) y de pelo largo y fino a los que se denominan sedeños, como la seda. Todos grandes canes adaptados para sus labores de campo y compañía.
Sin cultura no podíamos haber generado este patrimonio andaluz admirado mundialmente. Bien merece poner un animal andaluz en tu vida.
Publicación original de La Voz del Sur