Entrevista a Inés García-Courtoy en El Azogue

by Maria Vera on 14 de mayo de 2016

Con demasiada frecuencia se nos llena la boca de ecología, medioambiente, economía sostenible, desarrollo rural y tantos otros términos, cuya realidad es sólo una declaración de intenciones, que en escasas ocasiones preocupa de verdad. No sólo a las Administraciones, tampoco a la sociedad.

Inés García- Courtoy Calero es una de esas pocas personas que se han tomado en serio hacer este mundo más habitable a costa de su propia economía y su esfuerzo, manteniendo un patrimonio natural, como es una ganadería de vacas de raza Cárdena Andaluza.

En verdadero peligro de extinción-sólo hay dos ganaderías en Córdoba- el futuro de este ganado está en manos de una administración que debe apoyarla para sobrevivir y que a veces no tiene tiempo de cumplir sus promesas, ya que no cree en la conservación de nuestra historia natural, más allá de época electoral.

Quizá sea el momento de que la sociedad tome partido en favor de quienes dan un paso adelante en favor de todos. Quizá sea la única forma de conservar para nuestros hijos, aquello que nuestros antepasados y la naturaleza, nos han legado.

¿Inés, ¿cuando empiezas con tu ganadería?

Comienzo relativamente tarde porque mi mundo profesional era otro. Pero a veces te planteas cambios en tu vida y en mi caso pesaba mucho y muy favorablemente el ganado, así como como convertirme en la quinta generación de mi familia dedicada a esta actividad tan apasionante.

No he mantenido la ganadería familiar. He tenido que recuperar los orígenes de este ganado, que estaban perdidos y muy desperdigados.

La investigación y los cruces adecuados me han permitido recuperar estos orígenes y la morfología antigua de esta variedad tan nuestra.

¿Has sentido alguna discriminación en esta actividad?

Rotundamente no. Tengo que decir que en ningún momento me he sentido discriminada. Me ha costado mucho, no por ser mujer ni por la actividad en sí, sino porque la labor administrativa es asfixiante, hasta el punto de que por cada hora de trabajo de campo dedico tres horas de papeleo. (Ríe)

¿Cuál es tu mayor preocupación?

En este momento mi mayor preocupación como ganadera y como Presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos de Raza Cárdena Andaluza es la extinción de nuestra raza.

Como todas las explotaciones de vacuno, nos enfrentamos al problema del saneamiento para la erradicación de la tuberculosis. Mucho más complicado en la ganadería extensiva.

Me preocupa que el ganadero deje de ser considerado como un culpable y pase a entenderse como un colaborador activo en la supresión de este problema, como de hecho es. Pero poco se puede hacer cuando las indemnizaciones por eliminación de animales afectados no llegan para reponer con un ganado sano que asegure el mantenimiento de la especie.

Una vez asegurado su futuro, entraremos en el mundo de la promoción del producto.

Por tanto el apoyo de la administración es fundamental en la conservación de esperma y óvulos de esta Raza, que es lo que ahora me ocupa. Algo que con los altísimos niveles de investigación que contamos en Córdoba, no debería ser un problema.

Ahora, en esta fase de conservación, necesitamos más que nunca que la administración comparta nuestra ilusión de conservar y que vea en los ganaderos a sus verdaderos aliados.

¿Porqué crees que debe mantenerse esta raza?

Es un patrimonio natural de nuestra tierra. Sus características no la hacen especialmente interesante en cuanto a rendimiento, aunque sí en una excelente calidad. Pero también es muy importante, el hecho de que es un animal que exige en su manejo el uso del caballo y de técnicas ganaderas que ya se pierden y que lo harían definitivamente si desaparece este ganado. Con lo que eliminaríamos además parte de nuestra historia y nuestras tradiciones. Por otra parte, es esencial mantener estas razas autóctonas si queremos mantener nuestro campo andaluz y especialmente la dehesa, puesto que este entorno es producto precisamente de la existencia de las mismas. Pero la administración debe entender que 200 hectáreas de monte no es un piso que barres y friegas y se mantiene en perfecto estado. Los ganaderos hacemos todo lo que podemos por mantener un entorno sano, pero hay factores externos en la naturaleza que nosotros no podemos controlar.

Y por supuesto, en un futuro debemos pensar en nuestras razas autóctonas

¿Cómo ves el futuro?

El futuro en la vida es siempre incierto, pero eso no debe hacernos caer en la desilusión ni el desánimo. Estoy convencida de que lo que hago es bueno, para la sociedad y para mi tierra y espero que todos los entendamos así.

Hay una parte de esfuerzo en lo que estamos haciendo, de ilusión, de ganas de avanzar sin deshacernos del pasado y de nuestro legado, aunque soy consciente también de que hay una parte de romanticismo.


Descargar artículo en formato PDF

Maria VeraEntrevista a Inés García-Courtoy en El Azogue